11 mayo 2010

Historias nimias


¿Cuántas historias hemos imaginado a partir de un pequeño detalle o de una sola imagen?
Esta en concreto cuenta una historia que ocurrió hace 82 años. Habla de la ruina que supuso para Jaime Bellarublos, nieto del intendente Boulanger, que este último desapareciera de manera misteriosa en los montes Trampanegra sin dejar herencia. Las crónicas cuentan que varias expediciones infructuosas fueron emprendidas durante las semanas posteriores a la desaparición, todas ellas a duras penas sufragadas por la familia del intendente, en tanto que el reparto de su fortuna, conseguida como tantas otras de manera poco edificativa durante su larga estancia en las islas del Pacífico sur, quedó suspendido en el aire por el requisito inexcusable de una firma debajo del célebre testamento, documento este que había sido publicado un año antes en un periódico de provincias francés.
Desde entonces y cada poco tiempo, los descendientes directos siguen buscando un presumible testamento anterior al publicado y posiblemente sí firmado, entre los más recónditos rincones del destartalado edificio que fue durante los últimos 14 años morada, y por los pelos no mortaja, del intendente Boulanger. Sombras nocturnas y nerviosas que se adivinan entre las varillas de la destartalada persiana veneciana que, inesperadamente, permanece en su puesto después de tanto tiempo deshabitado el edificio.

Seguiremos informando.

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