20 febrero 2009

Un cuento divertido

Voy a contar un cuento muy bonito:

Erase una vez un niño tan bueno, tan bueno, que de pequeño sus padres le regalaron un ordenador. Un día, cuando acabó todo el trabajo tan importante que tenía que hacer, se puso a ordenar el ordenador (esto suena mejor que computar la computadora).

Borraba dicharachero todos los archivos que sobraban, tralarí.

Borraba dicharachero los archivos que ya no le hacían falta, tralará.

Y en estas se despistó un poco, de verdad de la buena que solo un poco así de pequeño. Y en vez de borrar sólo lo que no le hacía falta y ocupaba espacio en su ordenador, cogió y sin darse cuenta, borró TODO, TODO, TODITO lo que tenía en la carpeta más importante.

Y lo gracioso es que no pudo recuperar nada porque esa carpeta era tan y tan grande que el ordenador le preguntó: "Realmente desea borrar esta carpeta, su tamaño es tan grande que los archivos se eliminarán completamente de su computadora" o algo parecido.

Y el niño travieso, pulsó el botoncito del OK sin darse cuenta que de esa manera se estaba cargando TODO el trabajo de los últimos meses.

Ahora mismo, el niño de marras tiene dos opciones en perspectiva; la posibilidad de que le acaben despidiendo porque tendrá que ir rehaciendo cosas que costaron mucho, pero que mucho, hacer en su momento y entonces los jefes pensarán que es un vago y un “malfaener” por ir siempre tan retrasado. O bien demostrar lo rápido, listo, hábil y bla, bla... que es, rehaciendo todos los trabajos durante esas horas nocturnas que hasta ahora empleaba paseando a su perrito del alma.

Total, que como cualquier político que se precie, el problema acabará salpicando a una tercera persona (en este caso animal; mi perro) que sin comerlo ni beberlo se verá perjudicado por mi afición a pulsar botoncitos comprometidos sin tomar las precauciones adecuadas.

Moraleja: Ninguna, a lo hecho pecho. Porque decir que la próxima vez el niño irá con más cuidado es de perogrullo, que decía aquel en un murmullo.

¿Os ha gustado la historia?, pues a mí tampoco.

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